Que la edad no sea un obstáculo

No dejo de abismarme del hecho que personas de edades tan diversas puedan aconsejarse unas a otras, y no lo digo sólo por mi blog. Una persona X, 10, 15 o más años menor que una persona Y, puede tener la claridad emocional y/o intelectual para aconsejar asertivamente a Y. Me imagino lo altamente improbable que es que la persona mayor hubiera acudido a la menor para un consejo. La tersura de la piel, el gesto de la cara, la forma de vestir, el tono de voz... en fin, tantos elementos que quedan invisibles en la blogsfera, y que pueden dar lugar a tantos prejuicios, que nos hacen descartar a priori la opinión de otros o su capacidad de ayudarnos. Muchas veces, sin darnos cuenta, nos cerramos puertas, nos reducimos la probabilidad de encontrar soluciones a nuestros problemas, o de compartirlos y recibir consuelo.

Me propongo desarrollar la capacidad de quitarme en la interacción cara a cara esos prejuicios que en la blogsfera no existen.