Cara de palo

Me exaspera la política, por eso no me gusta meterme, ni estoy inscrito en los registros electorales; aunque los temas sociales sí me interesan. Sin embargo, la verdad es que no aporto mucho, más bien sólo en mi entorno inmediato.

Bueno, lo que quería señalar es que el hecho de que la propaganda electoral haya sido instalada fuera del plazo legal y en lugares no permitidos y que constituyen un riesgo para el tránsito, entre otros; junto con las declaraciones de los candidatos rechazando la práctica y señalando que se han tomado las medidas necesarias para corregir la situación; todo ello da cuenta de:

La incapacidad de los políticos por ejecutar y controlar las medidas con que se comprometen.

La liviandad con que realizan declaraciones y compromisos ante la opinión pública, lo que refleja el valor que le dan a la palabra empeñada, apostando en el fondo a la indolencia del electorado por fiscalizar objetivamente a las autoridades.

La falta de respeto hacia la sociedad, transgrediendo groseramente las disposiciones legales, y en el fondo apostando a que el electorado es mayoritariamente una masa ignorante y estúpida (quisiera que los hechos demostraran lo contrario, pero me temo que no) que finalmente se va a ver más influenciada por la publicidad que por las transgresión que ésta implica.


En consecuencia, se mantiene mi decisión de no inscribirme para votar.

He criticado a otras personas por reclamar o quejarse de distintas situaciones y no tener un plan propio o una propuesta. Bueno, yo aún debo jugármela por desarrollar y ejecutar mi plan, por lo tano la crítica también es hacia mí mismo; pero no me resistí a publicar este reclamo. Quizá es la esperanza de que el electorado deje de ser mayoritariamente una masa ignorante y estúpida.