Tengo que convencerme y acostumbrarme a algo que no me gusta: las cosas no salen bien a la primera; o bien verlo de una forma positiva: las cosas siempre se pueden mejorar.
El estudio no es sólo entender la materia. Una guía:
http://www.cse.buffalo.edu/~rapaport/howtostudy.html
Un truco que es claro que no sirve, pero que porfío en usar: pretender que durante la prueba podré deducir toda la materia y las fórmulas en base a las proposiciones iniciales. Es claramente soberbio y al mismo tiempo inútil, me engaño a mí mismo, y después me lamento por el mal resultado. Estúpido. Necesito planificar mi tiempo y DESPUÉS CUMPLIR CON LO PLANIFICADO. Las alertas me llueven y las chuteo una y otra vez, haciendo a fin de cuenta lo que tengo ganas de hacer, no lo que había planificado hacer.
Me desagrada hacer algo a medias o mal hecho, por eso me enfrasco en el buen resultado y desatiendo el tiempo que estoy consumiendo. EL TIEMPO ES LIMITADO!!
La vejez. Claro, se puede sobrellevar de buena forma. Supongo que hay muchos tips al respecto, pero no se puede negar que conlleva importantes limitaciones. Sólo mirarse al espejo ya nos revela una imagen de decadencia. Quizá no una actitud, pero sí una imagen. No hay que desmotivarse, pero tampoco mentirse. Y yo, postergando todo, me engaño pensando que todavía falta mucho para la vejez... Bueno, sí, falta mucho, pero también hay mucho que ya debiera haber hecho, muchísimo, estoy muy muy atrasado, y pareciera no preocuparme... O me empiezo a preocupar y a actuar, o va a llegar el día en que ya será tarde...
No me privo de casi nada, creo que por eso no tengo incentivo, motivación. No tengo grandes ambiciones, y los antojos que tengo los satisfago sin mayor dificultad ni espera. Tengo que aprender a hacerme la disciplina de restringir mis antojos y asociarlos a metas, y a fijar penitencias ante metas no logradas en los plazos fijados.
Rigor. Debo ser disciplinado y además riguroso. Porque, por ejemplo, muchas veces me fjio metas, pero a fin de cuenta no le doy importancia a no haberlas cumplido. Me digo “¿y qué más da? se hará en otro momento”, y así no llego a ninguna parte, no avanzo. Tengo que ser estricto conmigo mismo.
Concretar. Muchas veces me digo “ah, pero si eso yo lo puedo lograr sin mayor inconveniente”, y entonces dejo la tarea, prácticamente considerándola ya lograda. Bueno, pues debo efectivamente concretarla, no meramente asumir que la podría completar.
Motivación. Creo que estoy desmotivado del tema que tengo que estudiar. Quizá es porque es en lo que he estado trabajando ya por tantos años... Pero el problema es que no concreté los exámenes, y quizá si lo hubiera hecho, ahora estaría viendo temas más complejos y estaría más motivado, o al menos estaría ganando más plata y eso me haría sentir mejor. Y entonces tengo tedio de quemar esta etapa. Y el problema es que ni siquiera sé si las etapas siguientes me motivarían... porque sería como más de lo mismo, o al menos así lo veo en este momento... y creo que no quiero más de lo mismo, no.
La motivación inmediata es seguir siendo cotizado en el mercado laboral, que eso me permita tener un buen trabajo y así disponer de recursos para hacer lo que realmente me motive.
Sistemático versus sentido común. Tiendo a estructurar excesivamente las cosas, hasta el último detalle, y cuando se salen del plan o no cuadran perfectamente, quedo desorientado. Tengo que incorporar holgura y flexibilidad. A veces abordo problemas de una forma exageradamente estructurada, cuando podría resolverlos de una forma mucho más sencilla, sólo con sentido común.
No paro de reunir antecedentes para tomar decisiones, hasta que ya es tarde y se pierde la oportunidad... o se quema el arroz, jajajajaja...