The Time is Now

2005/12/01

Sobre el veto del Vaticano a los homosexuales para ordenarse sacerdotes

Me digo que no debiera importarme, que no debiera perder tiempo refiriéndome a esto. Ya habló Dix al respecto y en varios puntos coincido con su opinión. Pero a fin de cuenta el tema me inquieta, así que aquí voy.

El veto del Vaticano a ordenar sacerdotes a homosexuales.

Yo no soy muy creyente que digamos (tengo esa reserva de fe “por si acaso”, la del patudo), y católico observante mucho menos aún. Temo que los datos que manejo pueden ser muy incompletos y que los articularé de forma antojadiza, y probablemente será un juicio errado. Pero así es como veo las cosas actualmente.

Me acuerdo cuando Jesús salvó a la prostituta de ser apedreada, y, si no mal recuerdo, entre los apóstoles varios tenían una historia de vida previa no muy santa que digamos. Sin embargo, al ver el mensaje de Jesús, al ver la misión de vida que les planteaba, decidieron aceptarlo, con el costo que ello implicaba, como renunciar a una serie de cosas. E incluso después que ya habían comenzado a seguir a Jesús, varios de ellos cometieron faltas, e incluso lo traicionaron, como Judas y como aquél que lo negó 3 veces antes del amanecer, que no recuerdo el nombre (Pedro?). Sin embargo, no por eso se dejan de considerarse santos o al menos virtuosos, precisamente porque a pesar de sus caídas se levantaban y hacían el esfuerzo de retomar el camino de la virtud, de la santidad.

Yo desde hace poco he estado viendo la homosexualidad no como un factor determinante de la moral de una persona, sino como una circunstancia que precisamente pone a prueba la moral de la persona. Una circunstancia muy compleja, que produce una serie de conflictos internos muy intensos.

Se tiende a estigmatizar a los homosexuales. La visión que yo mismo tenía de ellos era tremendamente negativa, y una sola. Ahora he visto que hay una amplia variedad de personas homosexuales, como también la hay de heterosexuales. Y no creo que las faltas en que un homosexual pueda incurrir necesariamente sean más graves que aquéllas en que puede incurrir un heterosexual. Por este motivo, considero que la orientación sexual en sí misma no debiera ser impedimento para que alguien con vocación de santidad se ordene sacerdote. Creo que la iglesia está cometiendo un grave error, está discriminando injustamente, y agravando el peso y la tensión que de por sí conlleva el verse uno en esta situación.

Yo jamás he considerado ser sacerdote, y creo que jamás lo consideraré, pero sí respeto a quienes tienen vocación de servicio. Eso independiente del juicio que uno pueda tener de la iglesia en su conjunto como institución. Valoro la voluntad y el compromiso de las personas por ayudar, y hacerlo a un grado tan alto de entrega, de desprendimiento (al menos así es como se supone que es la cosa...).

Así que en resumen encuentro lamentable la decisión del Vaticano. Como dijo Dix, esta decisión la aleja de lo que debiera ser, y perjudica gravemente una parte importante de la población. Mal por el Vaticano. A ver cuántos años les toma a estos giles pegarse el alcachofazo...

Entre comillas, quisiera que la tasa de denuncias por abuso no baje luego de esta medida, así tendrían que reconocer que la orientación sexual no determina la moralidad de la persona, y que es tan factible la castidad de un homosexual como la de un heterosexual, ni más ni menos.

Por otra parte, es triste pensar que como institución, y ante el altísimo costo pecuniario que le ha significado responder a las demandas e indemnizaciones de los afectados, para mostrar a la comunidad una actitud decidida de poner freno al problema, haya optado por una medida injusta, aunque creo que bien recibida por gran parte de la población, que también tiene prejuicios contra los homosexuales. Digamos que cedieron a adoptar la medida popular, lo que al mismo tiempo mejora su imagen, al menos ante parte importante de la población.

Yo no acepto todo el mundo gay. Hay cosas que me chocan. Pero también las hay en el mundo hétero, así que no veo por qué debieran ser los excesos más reprochables en el mundo gay que en el mundo hétero. Insisto, la orientación sexual en sí misma no debiera ser obstáculo para que una persona siga su vocación como sacerdote o cualquiera que sea su vocación de vida. La orientación sexual no determina la moral de una persona, sólo la pone a prueba.

2 Comments:

At 12/02/2005 2:44 p. m., Blogger Voikot said...

Reserva de fe que buena jajajaajaja.

La prohibición de la iglesia es una de las cosas más absurdas que he escuchado, como los van a probar? "a ver vaya a acostarse con el párroco, si le gustó se tiene que ir".

Pero bueno, toda la iglesia católica es bastante absurda.

 
At 12/02/2005 4:26 p. m., Blogger Unknown said...

disculpa la rotería, pero, por mí que los curas se metan su iglesia por donde mejor les quepa

y créeme que lo lamento mucho por quienes se metieron en ella buscando un refugio donde esconder su homosexualidad

 

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